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domingo, enero 29, 2006


2.- mercaditos y panorámicas


mariposas, sacre coeur, y cielo multicolor


1.- hacia París desde el cielo


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sábado, enero 28, 2006


dejamos enfriarse las dos tazas...

Sí, hoy ha sido un día de mierda. Hace frío. Casi pierdo las mejillas en una de las cientodos ráfagas de aire polar. Brisa, le llamaría un esquimal, con cara de chino o de chileno, y sin embargo... yo perdí la cuenta de las cosas que empezaban a salir mal. A la vuelta de la esquina, en el paso de cebra, muerta de frío. Debí haberlo planeado. Llevo varios días desorientada. Sin mapas ni traductores de mapas.

Una señal. O un mal sueño. El frío espabila, y agolpa las cosas, sin enseñarles que pueden caer irremediablemente. Acercándolas hacia el abismo de las puntas de nuestros dedos, cuando están sujetas entre ellos, haciéndolas tambalear precisamente porque dejamos de sentir frío en las yemas, en cada falange, en las palmas. Se tornan de un rosa gris, gris piedra, y pierden la sensibilidad de sentir una mano que agarra la otra con un "no te caigas" a tiempo y destiempo, cuando la música sólo es ruido... sólo es ya... pero ahora son los Piratas. Quizá ésta fue la mejor opción del día, y fue al azar. Ni siquiera aquel trasbordo, o aquella conversación. Tampoco repasar el tema equivocado antes del examen, u olvidar lo que M. trajo en el bolso. O preguntarle a R. que a qué hora te has acostado anoche...

Nada valía. Hoy valen Piratas. Soy un desastre, hoy le conté a M. mi carencia de la nueva vitamina R.C.Ex3 (rabia contenida en el estómago). Sigo sin tener la respuesta, pero guardo el mejor momento del día en mi almohada. Y dos tés rojos, uno medio lleno y el otro... en una banqueta azul de madera. Cuando te lo conté a ti, sin abrir la boca y sin parpadear, con unos ojos enormes, volviste en forma de traductor de mapas, reflejando mi cabeza sin hablar, viendo yo en tu pared una proyección luminosa en camel que decía que no sé dirigir las entidades que me mantienen en planos ajenos a los dos... Y me pierdo en entendernos.

E insistes en que es distinto. Y más pekenio de lo que es. Siempre es pekenio cuando es contigo. Yo hoy sólo sé que la tristeza es lo que desgraciadamente siempre da los mejores textos, lo dijo Q. Pero yo hoy sólo estoy medio triste. Ensombrecida... No tengas miedo, para mí lleva siendo de noche todo el día.

El día ha caído en picado, y de lado en tu costado, y la sucesión de malos ha derrotado nuestras ganas de seguir llorando por dentro. Pides silencio, y yo sólo ansío tenerlo contigo. Has dicho que eres mi silencio. Eres mucho de mi todo. Pero sobre todo eres risa, aunque la de hoy sólo fuera la pantomima del ansia de reírse mucho... más que de uno mismo


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viernes, enero 27, 2006


Esta noche avanzo que tengo los labios cortados por el frío.

Estoy ansiosa por escribir, por contar cosas con la mente limpia de apuntes. Realmente admiro que muchas páginas se llenen de letras en estos días, yo no puedo, os leo, pero yo no puedo pensar. Sé que me lamento en exceso, pero cuando mañana suelte toda esta parafernalia respiraré más a gusto. Porque estoy totalmente absorbida por la cosa esta llena de letras que llaman apuntes de d.s.i.

Pero hoy, en mi escapada fugaz a otro examen, creo que hice algo bueno, algo bueno por los andenes, por las calles llenas de luz y por las llamadas recibidas. Ah, además, creo que puedo seguir adelante en mi micromundo germano de Goethe, así que... Decía que me sangran los labios del frío que hace en Madrid estos días. Y lo que más me preocupa es lo mucho que me estoy preocupando de mí, lo notáis, lo noto yo.

Mañana más... bueno, quizá. Hoy doy poco de mí, a sabiendas, pero prometo compensar en adelante. ¡Por lo menos con instantáneas preciosas de la ciudad de las luces a mi vuelta el 5, o durante mi estancia!

Y prometo volver a sentir por detalles, en fijarme en el resto deslumbrante de las pequeñas cosas y las grandes sombras. Porque me preocupa.
Soy consciente de esta pérdida de matices, de esta alienación, del dejar ir los detalles de cada -dos o tres- instantes, y creo que debiera haber tiempo para todo... Compensaré en medida grande, para hacer otro contraste, prometo volver a escribir como antes. Porque no me gusta lo vacío que está todo cuando no lo hago. Algo me impulsa a publicar vacíos, daguerrotipos de mi esencia aplastada y reducida a un taco de DIN a-4... Y me vacía cuando vuelvo buscando algo que no tengo. Hoy no...

Pero todo en realidad, sigo pensando en ti cuando el 27 me lleva desde el Instituto a Recoletos, y paso por Colón y por la Biblioteca Nacional. Es justo en el trayecto de la parada del 27 en Colón, la segunda, hasta la boca de cercanías de la Biblioteca, es justo ahí el único momento que valoro. Pero no me fijo tampoco en los transeúntes. Tampoco antes, en realidad. Pero me gusta, y sabes por qué? Porque hoy, cuando no pienso en nada ni en nadie, sólo en mí y en mi profesora de d.s.i, y en mis apuntes, y en los subrayados de colores, he caído en la cuenta de que siempre que golpeo con las suelas ese tramo semiajardinado, suenan los planetas. Y siempre, desde que te conocí, y justo el día en que te vi allí por primera vez, suenan ellos en mi reproductor verde


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jueves, enero 26, 2006


Tenía los labios cortados por el frío. Y estaba ansiosa por escribir, por contar cosas con la mente limpia de apuntes. Realmente admiro que muchas páginas se llenen de letras en estos días.

Yo hoy creo que hice algo bueno, algo bueno por los andenes, por las calles llenas de luz y por las llamadas recibidas. Ah, además, creo que puedo seguir adelante en mi micromundo germano de Goethe, así que...


Me sangran los labios del frío que hace en Madrid estos días. Y lo que más me preocupa es lo mucho que me estoy preocupando de mí, de mí hoy, y de lo poco que me fijo en el resto. No sólo en la gente que está cerca o a la que quiero, sino que me estoy perdiendo los detalles de cada día, y creo que debiera haber tiempo para todo. En realidad, sigo pensando en ti cuando el 27 me lleva desde el Instituto a Recoletos, y paso por Colón y por la Biblioteca Nacional. Es justo en el trayecto de la parada del 27 en Colón, la segunda, hasta la boca de cercanías de la Biblioteca, es justo ahí el único momento que valoro. Pero no me fijo tampoco en los transeúntes. Tampoco antes, en realidad. Pero me gusta, y sabes por qué? Porque hoy, cuando no pienso en nada ni en nadie, sólo en mí y en mi profesora de d.s.i, y en mis apuntes, y en los subrayados de colores, he caído en la cuenta de que siempre que golpeo con las suelas ese tramo semiajardinado, suenan los planetas. Y siempre, desde que te conocí, y justo el día en que te vi allí por primera vez, suenan ellos en mi reproductor verde.


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miércoles, enero 25, 2006


things i never told you


Por aclamación popular, aquí va un temita que os debía, que significa mucho; tardes de coche y aparcamiento, y tabaco! en chamartín, esperando al cine con Yelamiss, y bueno, descubrimiento del tema a tantas personas que la han amado... Bueno, y para el resto, los que no la conozcan, ya toca. ¡Por cierto! Antes de nada, la he ripeado con itunes, así que cuidadito con meterla directamente al mp3, que luego nos pasa como con jazzuela, eh geit noir?!


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martes, enero 24, 2006


¿Qué pasara si un día una de las dos patas de tijera decidiera que la otra no debe estar ahí? Esta es la historia de una tijera que pensó que su vida no era la de estar unida a otra pata de tijera por mucho que sus colores fueran el mismo.

Esta idea surgió ayer tumbada en tu cama de falso zara home, ideando papeles-pergamino, de frases que caigan del techo con letra bonita, como la que tú dices que tengo. Surgió cuando pensé en voz alta que el sistema político perfecto era mi república de musitopía y yo me respondí que si a alguno de los habitantes de Ares no les gustaba la música el sistema se caería. No me lo había planteado así. Pensé que realmente sería genial que la música armonizara todo, pero no se puede imponer un criterio por mucho que sea un sistema que yo me invento y por mucho que maritime haya dibujado el mapa que no sé si has visto en la pared de madera que une mi armario con el escritorio...

Pero yo he venido aquí a hablar de las tijeras tal como alguien vino a hablar de su libro, o de bustamante, que a saber dónde anda ya este hombre.

(Jo nunca puedo escribir nada serio, de verdad que... Tere, he de ir al cine de verdad)

Bueno, lo de las tijeras, ¿empezáis vosotros? Y yo prometo que mañana os cuento qué pasó al final


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lunes, enero 23, 2006


¡Ay, pues recortes varios, no hay para mucho más!

"Puedo esperar que rían, que digan, que hagan
Puedo esperar a que paren , a que se centren, a que sangren
Puedo aguantar caras, miradas, llamadas, rentas
Puedo arañar el alma para que caigan letras, para que suden tinta, para que hagan muestras...
Y mientras tanto puedo acallar rumores, presentimientos, añoranzas
Soñar pesadillas confiar con cautela de nuevo, evitar arañazos con retardo que escuezan tanto"

¡Tanto o más! Ay! tngo tantas ideas y tan poco tiempo (y tan pocas ganas de estudiar!)

(un textito de los que se tienen por ahí, este es de diciembre, concretamente, pero no tengo mucho tiempo para escribir, y quería colgaros una canción de un grupo que me descubrió la muñeca rota!)



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miércoles, enero 18, 2006



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martes, enero 17, 2006


del susto y otros momentos


Quiero colgarme de tus momentos, de tus abrazos, de tus ojos, atar un hilo a las arrugas de tu cara cuando te ríes, y taparme la cara cuando el viaje interestelar agarrota las plantas de mis pies.

Quiero cansarme de esta manera, andar de esta forma, y correr en ascenso... descendiendo después al universo cambiable y lavable como casi todas las cosas que no van a la basura.

El caso es reciclar algunas cosas, y amar el resto dejándolas ir sintiéndolas en los dedos y confiando en que se quedarán un rato


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lunes, enero 09, 2006


pequeñeces

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viernes, enero 06, 2006


Todos buscamos algo. Emborracharnos con mercromina, con cristalmina... Llorar borrachos de vuelta a casa, sonriendo a medias por haber quemado un corazón o un par. Que te llamen "bonita", y te pidan que sonrías siempre y para siempre jamás en un cuento que contenga su historia. Un viaje sin vuelta a Berlín, una vida con quién sabe qué futuro, un tren-cama de madrugada, una atardecer en tierras gaditanas, prolongar un momento, ser feliz riendo... lloviendo

Recibir postales, guardar historias en cajas de madera, cerradas, escribir en cuadernos diversos, regalados, encontrados, adivinados, o nunca recibidos....

Ganar, perder, aprender, o ni siquiera. Saberse en los ojos de cuatro o cinco amigos, tres o dos amantes, uno o dos paseos por distintas ciudades a distinta temperatura y luz. Va siendo urgente un cambio de aires y de playa. Esta de asfalto da frío y anhela bis a bis con Yems gritando a Harry y viviendo al límite.

Esta cama quema y pausa y apaga luces, y se da al standby... Todos buscamos algo, dime "ser feliz", te diré sí... obvio, ¿y por qué?


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lunes, enero 02, 2006




movements -below zero-


Salir o entrar. Ver, o deducir, o empezar a escribir sin ganas ni inspiración. Dar importancia relativa a las cosas que son relativas. A las otras no. Las otras quedan excluidas de este juego que hoy te cuento.


Hoy llegó tarde. No opuso resistencia ni tuvo motor que le impulsara. El día que decidió no cruzar los dedos por casi nada, se sintió triste.
Echaba de menos tanto sus ojos, que se afanaba en recortar ojos a punta de navaja. Ojos de las revistas, como un maniático o un loco, o alguien que ama los collage por encima de todas las cosas. No llegaría a revestir sus paredes de ojos que posan en revistas de estrellas, y sin embargo, buscaba en ellas algo que no equivaldría a un nada en otras circunstancias.
Nada le parecía bueno; no "suficiente", he dicho bueno. Pero porque en realidad, si no se exige no puede valorarse cuándo es suficiente. Siempre y nunca lo es. Valen las preguntas al margen, y las a parte, y los felices año en letras escritas con teclados negros, blancos y grises. En vertical.

Se miraba las manos, y observaba con detenimiento sus dedos demasiado cortos; no se chasqueaban y no cogían bolígrafos, ni rotus de colores, que no pedían deseos ya, y que ni siquiera reflejaban ganas de hacer algo más que bajar canciones del soulseek.

Los días vacíos son destructivos, y llenarlos apesadumbra el triple de lo medible a medida que se desgrana el día como un todo plomizo en forma de nada… El reloj digital apresa el tiempo tal como l haría un megalómano feo con los ojos achinados. Que seguramente fume negro y que coleccione hormigas en granjas de cristal. Y que no deja nada para los demás.

Personalmente reconozco que esto es una incongruencia y que cuando llamó esta mañana a la puerta dejé que hiciera lo que quisiera con mi tiempo, porque no me motivaba la luz según avanzaba el día.

Y mi mente es destructora y autodestructiva y creo que debo dejar de mirar a la pantalla unos días. Felices reyes… felices todos ellos, con sus palacios de sal y sus castillos de cartón.