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domingo, noviembre 27, 2005


a Amy...



Haz una cosa. Camina sola. Ve hacia la pasarela de Ramón y Cajal, y mira al horizonte, al norte… Cierra los ojos y respira, sueña que nada te ata aquí, que eres sólo “maría” con todos tus defectos y virtudes, respira y siente en tu alma que
tienes suerte de estar viva. La búsqueda de uno mismo ha de hacerse con tiempo… Date tiempo para sonreír por toda la vida que te rodea.

Levántate pensando que quizá hoy no adelantes nada, que no haya respuestas, que te pierdas más.
No las busques, no desesperes, no pienses en mañana, piensa en ahora mismo y sólo en ti.
No en planes de futuro, he dicho "En ti". Sino en estar bien contigo y por ti, sin dar cuentas a nadie.
Porque tú sabes bien lo que cuesta desprenderse del resto para pensar en ti, pero potencialmente eres afortunada, porque sabes ver que a veces hace falta.

¿Ves las montañas?

Pues no siempre se ven, es un privilegio yendo a la estación o paseando por ahí. Esta mañana, camino a Recoletos, las vi allí, tan perfectas y preciosas como una postal. Es un privilegio temporal, de claridad, que la vida te regala hoy que tú no ves nada. Y sí, no siempre se ven.

Pero sabes que están; hay algo en ti que te hace saber que siguen ahí, que es algo mucho mayor que tú pero que no se esconde. Es un privilegio de claridad que la vida que te regala hoy que tú no ves nada. No siempre se ven, pero a veces sí! Y eso te garantiza que otro día quizá también! Aprecias mejor lo pequeño porque eres especial, y dirás… “vale, pero no puedo estar esperando inestable a ver las montañas…”. Cierto, pero sabes qué? Cada día hay motivos; un día son las estrellas, otro las hojas de los árboles que amarillean, el viento que endulza tu pelo caminando, alguien que te sonríe sin motivo… Esos detalles te recuerdan, si quieres verlo, que uno mismo acaba encontrando su propio equilibrio en la soledad de apreciar lo pequeño, sin convenciones sociales o personas ajenas… Y una vez allí, tira millas. Espero haberte hecho pensar algo… Busca en ti, eres alguien increíble. Pero huye de lo supérfluo, de todo, de todo lo no tuyo. Estoy aquí, observándote… Y esperándote en la pasarela si todo va al ritmo de los días de mucho frío con sol: mi paraíso


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lunes, noviembre 21, 2005


una cancioncita para tarde gris

¡Ánimo a todos!

Podemos multiplicar el tiempo, conseguir todo lo que nos propongamos si confiamos en un poco de suerte. Llega, y si no, se sube a buscarla, no creo que se tarde demasiado. Y si cuesta siempre hay quien sabe escalar montañas; y éstas personas suelen andar cerca...


Tocaremos las estrellas algún día, confiamos. Y si no, también habrá merecido la pena, porque si subimos hasta lo más alto, las veremos reflejadas en los charcos, como salpicaduras brillantes centelleando entre las ondas del agua. Allí están las estrellas, y allí sí que podemos tocarlas.
Hay que confiar, porque se vale y porque en potencia podemos conseguir encontrar lo que buscamos.

Cuatro ojos ven más que dos, y seis manos pueden más que dos de la misma manera. Esa es la idea y el camino, y no lo olvides.
No son las sombras de la caverna -sé que es fácil caer en esto- son la versión de realidad que conocemos como "versión", nada engaña si conocemos lo que estamos viendo. Míralo a través o directamente... Es como mirarse a través del espejo teniéndote al lado...


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domingo, noviembre 20, 2005


Hay ratones pequeños en el Paseo del Prado. Salen por la noche sin hacer ruido, mientras los traseúntes se vigilan a media luz y con los ojos entornados. Son varios, creo que debieran tener nombre para que les saludáramos todos. O no, la verdad es que es genial que no tengan nombre; a veces parece que el nombre más que identificar, ata, sella, marca, determina, (¿te he dicho que me encanta jugar a los sinónimos contigo?) Qué es un nombre? si ya lo decía Julieta...

"¡Oh, sea otro nombre! ¿Qué hay en un nombre? ¡Lo que llamamos rosa exhalaría el mismo grato perfume con cualquiera otra denominación! De igual modo Romeo, aunque Romeo no se llamara, conservaría sin este título las raras perfecciones que atesora "

Pues eso, lo que yo te diga... Que los ratones no debieran tener nombre, serán ratones igual, e igual de monos. En realidad sólo Disney llama a los ratones por su nombre... O los niños pequeños, pero a ellos se lo permitimos todo. Ellos sí que saben ;)


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miércoles, noviembre 16, 2005


¿Los regalos se regalan...?


porque los besos se regalan,
a veces se venden
se pierden
se ganan
Y porque las palabras se dan
los abrazos brotan como ramas,
las sonrisas florecen de caras pálidas
de labios rojos
Las miradas se cruzan en cuestión de segundos,
los-te-quiero se arrancan de los ojos
salen arañando el esófago...
y se cuentan frente contra frente
y las hojas con el viento bailan,
o las seco para que las guardes...
(y tu risa)
y en fin,
es lo que somos
es donde estamos
es lo que soñamos
quizá porque regalamos precisamente eso,
lo que soñamos,

(en tardes en que oscurece demasiado pronto)


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lunes, noviembre 14, 2005


Hay una habitación en mi casa en la que todo el mundo que quiere se queda...
Está al final del pasillo, de manera, que si al dormir cierran la puerta desde dentro, y si llego de noche de puntillas, pensaré que está embrujada y que no habita nadie allí, pero no es el caso.


Es una habitación pequeña, por la que han pasado varias vidas, la mía incluída por un período aproximado de x años. Él también se quedó un tiempo antes de decidir marcharse por el pasillo y decir "adiós preciosa, os quiero", y no volver nunca...

Después hace unos meses llegó ella. Colocó sus cosas despacito, haciéndose un hueco que ya tenía. Llenamos su pared de lunas y estrellas que brillan en la oscuridad por esa pintura especial, y ella colocó sus muñecos sobre el edredón para sentirse en casa. Sé que la echaré de menos, aún sabiendo que no se ha ido del todo. Que está al otro lado de la ciudad, pero se me ha ido un trozo de vida que estaba recuperando. Que perdí hace años cuando se marchó a cientos de kilómetros...

La distancia sólo es una medida, sin más, sin menos. Pero yo la echaré en falta. Aunque sepa que está a pocas paradas de metro... y a x trasbordos.

(Y porque en el fondo de la casa siempre había luz cuando ella estaba...
TqInm)


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sábado, noviembre 12, 2005


a partir de las 17: 40

Hay un pez en mi blosillo de piel marrón.
Hay flores, o símbolos que has marcado
con los dedos sobre la piel vuelta

Vuelves con el pez en tu bolsillo
Es un pez de ciudad feo
De colores feos
Con un tornillo en la boca en lugar de anzuelo
No sé para qué sirve

No sé qué hacía en mi bolsillo
Será para que te lo regale cuando
te equivoques de dónde habíamos quedado

O quizá es más simple que todo eso:
ese pez se coló en mi bolsillo
desde una alcantarilla
Por eso cuando llueva, deberías
tirarlo a un charco


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lunes, noviembre 07, 2005


re-mezcla escarchada de gente nueva que se queda un rato



Ya “hace” invierno, y los callejeros se abren a los paseos necesarios para poder lograr la dicción perfecta. Este blog se está empezando a parecer la página del tiempo, y para eso ya está Telecinco con un presentador atractivo (¿¿??) y las páginas de yahoo. Yo no estoy para eso, más bien estoy para que me encierren.

Pero un ratito nada más, que si me encierras sabes que ni rindo ni crezco. Y no es que vaya a seguir creciendo en tamaño, bien sabes que no. Es más una cuestión de fierecilla domesticada que no domada, y sin perder de vista el punto callejero.

De los tejados, y los callejones-pasillo, sitios públicos, vamos.

Me pierdo con las notas japonesas que me has prestado. Bueno, regalado, porque es lo que son en esencia. Hoy tampoco voy a dormir. Vale, miento, duermo como una especie de ¡troooonco vaaaaa! Pero queda muy bien lo de decir que no duermo, es lo mismo que lo de tu espalda, que queda muy bien, pero no vale.

Hoy hice voto de calle. Pero sigo encerrada tecleando trabajos y empapada de lecturas, y con una pila de libros que no hago más que renovar en la biblioteca semana a semana, porque no me cunde sacar la bibliografía para el trabajo fin de carrera. Y mañana más microfilm. Me agota.

Gotas, gotas… patadas por calles y bancos de madera en los que reparas pero con más historia que muchas ramas de árboles que nos hablan. Lady Marion, te debo la historia de nuestro banco. Y no me olvido. Cuentan que empieza a hacer frío, que ya “hace” invierno, que puedo seguir discutiendo sobre el viaje de fin de carrera con tres nuevas personas mágicas, y fumando a contratiempo en la parada de la niña-de-los-botones-grandes-que-se-cortó-el-pelo, mientras el frío corta la cara. Me gusta vuestro barrio, definitivamente. Y las fotos de la pared de tu habitación.

…Mmm… menos esa espiral de colores que estoy segura que te marea cuando regresas por las noches.

No mientas…

A vosotras 3 estrellas de invierno, ánimo con esto. Las cosas marchan normalmente, sólo hace falta acabar el día volviendo andando…


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miércoles, noviembre 02, 2005


Rapid Eye Movements

** Instantáneas con los ojos cerrados

Anochece pronto. Cada vez más. Por una parte, parece que el tiempo ahoga. Que frena la posibilidad de hacer más cosas, de exprimir el día al máximo. Igual es que hay que madrugar más o no dormir hasta más de las 5 de la mañana. Pero esto no es posible.

He hecho un nudo a las ganas, y me las he echado a la espalda con un movimiento rápido, como el de los ojos en fase REM; para no perderme en el camino. He cambiado todo mi repertorio musical por canciones rápidas. He rescatado mi parte alegre. Tengo cautiva la desesperación y los celos, en un cajón desterrado en algún sitio que neutraliza material viejo. Pagué la factura por adelantado. Sólo queda una cuenta pendiente. Pero alguien gira la cámara a veces. El paneo me lleva irremediablemente a un sitio completamente distinto, pero inexplicablemente familiar, que me gusta. En el que podría quedarme tiempo. Todavía… o más, estos días ha llovido.

He resistido a la lluvia y he dejado que cayera, volviendo las imágenes de canción triste, melodías de tardes de café y tabaco. Y te lo robo, si me dejas: he mirado depósitos de azúcar plateados, que sólo muestran un todo planetario difuminado. Pero eso ya es bastante. Creo…

He mordido minutos sin reloj que valga. Intentado tapar el sol, cerrando los ojos de manera inconsciente; durmiéndome sin remedio. Golpeando las articulaciones de una manera que no puedo recordar, pero que deja una marca que… que tampoco recuerdo, pero que aquí queda, y me lo recuerda cada movimiento que hago hoy. Tampoco es la espalda, donde otra marca queda. Ni siquiera aquella sé descifrarla. Así que creo que tengo que verte, por lo menos para que me cuentes qué viste.

O qué hay detrás de los mordiscos...