me, the past and us
Te oí el viernes. O el sábado. La verdad es que termino por perderme con tanto día festivo. Hablabas desde otro número, desde su número, y desde un rincón del puerto. Sé que hacía frío, porque oí tus dientes tililando... Oí el salitre del mar, negro; te oí reír, y recordarnos, y conseguí oler el café que tenías ganas de vernos tomar juntos. Noté que me cogías de la mano al otro lado de la línea y que no dejábamos de guiñarnos, lo ví perfectamente. Vi tus enormes y achinados ojos verde oscuro reírse y tus manos temblar en el bolsillo, y dibujé con trazo severo los bordes de tu cuello, rígido, como yo sé que se pone cuando estás intentando que no se note que algo te hace mucha ilusión o que estás contento. O ambas cosas.
Sé que nunca podremos dejar de ocuparnos un trocito del alma opuesta, ¿y sabes por qué? porque jamás nos hicimos daño. Y el otro día sonreí por ello al colgar, y después, dando vueltas por la calle de madrugada...
Y el caso es que llamó él, desde tu número, y algo aquí durmió esa noche encantado... Me abrazó desde lejos y me besó en la frente, como mucho tiempo antes; cuando me mordía los dedos en la barandilla de la playa, y cuando nos moríamos de risa detrás de los coches del callejón de aquel santo. Yo te buscaba entre la gente, y aparecías, y siempre nos reíamos, y hablábamos de nada durante horas.
Crecimos media adolescencia juntos, tres más de la cuarta parte. Y me regañabas por enamorarme de otros, y por besarme con aquel chico, mayor que tú y mucho más guapo, pero que me haría daño. Sabías quedarte al margen y echarme la bronca justo cuando ya no podrías hacerme llorar. Me llevabas palabras en frascos y me reías borracho desde el otro lado del bar, porque recordabas una cara, un gesto, una canción que los dos identificábamos.
Hoy sé que jamás podrás pasar a la historia, porque ni yo pasé de la tuya, ni tú de la mía; siempre estuvimos en onda para no perdernos, y planeamos vidas separadas desde le principio. Compartimos besos muy jóvenes, y tan inocentes que hoy resultan sellos pequeños y perfectos en las cartas que cierran nuestro pasado.
Pero (CASI)nunca nos mentimos (sólo por no hacernos daño) y nos cuidamos desde lejos, y seguimos siendo amigos, aunque apenas nos veamos, ni contactemos, ni nos contemos. Seguimos encontrándonos detrás de los años que llevamos encima, siempre nos reconocemos sin dificultad. Y es porque nos quisimos bien, y supimos querer ser amigos así, sin más. Pero sin mucho menos...
6 Comments:
siempre he creído en las indestructibles conexiones que algunas veces existen entre dos almas.
un abrazo.
Te encontre mientras navegaba por los blogs. Me ha gustado lo que he visto reflejado en tu blog. Te seguire leyendo con mas detenimiento.Te dejo una visita a mi blog. Un saludo
Hola, gracias por llegar hasta mi pagina y mostrarme el camino para llegar a tu otro refugio. Me gusta mucholo que lei alli pero no puedo comentarte porque aun no he hecho el registro de cuenta del nuevo blog de google y no me deja :-( Te dejo mi direcc de msn por si coincidimos en algun momento.
elrincondelospensamientos@hotmail.com
Un saludo
vaya, cuanto tiempo sin oir pasar el tren por Kyoto.
Me gusta muxo!!! Seguiré pasando. Besikos
. Simplemente Gracias .
Fdo.: Un Anónimo para los demás, alguien que te quiere, PARA TI .
Un Beso .
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