el mal uso de los dedos

tere muñeca rota, que no me leerá y que se curará de la crisis creativa;
baba sule, es por tí que hoy escribo esto...
maga, es por tu abrazo rompe blancos que y decido escribir...
nadie, es porque buscas sin encontrar mis letras que no sabrás si querrás comentar...
gato negro, es por los vacíos y por las desganas a destiempo...
(y por no decirlo dos veces)
chico desenfocado es por el caos del que no sabes si presumir o lamentarte...
sansara es por las mudanzas que te llevan cerca y lejos...
V, es por tu pelea y tu no renovar
pequeno, porque nunca sabremos de dónde vienes...
little parrot, es por los silencios a medias y las calles de las luces,
alzhu, es por las llamadas que nunca devuelvo y los cds que te debo...
y a todos los que se me escapan pues, y...
en realidad es por todos los secretos que os atrevéis a desvelar....

Estamos perdidos. Sí, seguramente seamos eso, como dices, niños perdidos que nos hemos encontrado al final o en medio de la nieve. En realidad, cuando llegaba el frío, todos nos empezamos a dar cuenta de que empezaba el tiempo del deshielo frío, del final de un verano que se nos había escurrido por entre los dedos, y no escogimos el mejor momento del mundo ni para conocernos ni para darnos. Ni para darnos mucho más de sí. Ni entre nosotros ni para el resto. Pero sobre todo entre nosotros...

Aprovechamos muchos de los momentos de debilidad para colarnos dentro de otras camas, y para engañar a los chinos de las rosas para que el papel de tu rosa preciosa y roja, enorme, coincidiera con el de tu abrigo, que no es azul, ni lila. Y a ella la escribimos una postal en el tren, a tres manos, y con siete pares de dedos, y uno más. Y eso sí que salió, y ahora me traéis dudas cuando la nieve se ha derretido (incluso un poquito que quedaba aún en el puente de chamartín a mi casa... por encima de verde y entre chatarra injusta)

Sí, no supimos usar los dedos bien a veces, o sí, pero hoy me planteo que no, y se debe a una conversación de manos, es cierto.... Porque no nos conformamos con saber escribir más o menos, menos que más, más y más... no nos limitamos a hacer uso de ellos mientras se nos venían ideas a la cabeza, y mezclábamos dobles intenciones en cada letra. Yo te lo dije samurai, y siempre hay un trasfondo de cariño en las palabras que dedico cuando conozco, o cuando evito darme de más...

Nos dimos en dedos, en manos y en sonrisas. En ojos que por fin se encontraban y en noches de música baja. A veces sólo era la continuación de la ya regalada por estos hilos cancerígenos que tanto han hecho por todos. Todos nos necesitamos y todos nos odiamos un poco por saber tanto.
Del resto.
Y con el resto.

Hemos compartido muchas
conversaciones,
música,
camas
y vidas cruzadas.

Gustos
Disgustos
Enfoques
Desenfoques
Dulces
Tejados
Sótanos
Buhardillas
Ciudades
Barrios
Bares
Salados
Amargos...

Tantas manos, tantas letras, tanto, tanto, tanto... para llegar a la conclusión de que no elegimos el mejor momento del mundo para hacerlo.

Nunca lo sabremos. Quizá debimos utilizar los dedos para pintarnos las uñas de colores fuertes y evitar fotografiarlos, o hablar sobre ello... Pero (y) es inevitable. El equilibrio es imposible
Seguimos respirando, y lo hacemos por las manos
También

(Gracias)

os quiero