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jueves, diciembre 22, 2005


autoretrato de despedidas


Ella cuenta...
que desvistió su alma a plazos; y renunció a vivir de alquiler... Lo dejó todo pasar mientras lo paladeaba. Casi siempre sonreía enterita; los días impares más. Media luna para una cara salpicada de pecas, según la estación; dibujada por manos variables, y contada de diversas formas… Lloraba cuando marcaba puntos suspensivos con las suelas de los zapatos, cuando dejaba atrás, cuando nadie podía verla.

Tenía una gorra nueva para esconderse. Quería mucho a aquella pequeña roedora, amante del queso y los escáneres de cerebro. También lloró delante de él, quince horas antes, y quince después, se deshizo al ver atardecer desde la azotea del edificio de trece plantas, con el cigarro en la comisura de los labios y el vértigo a menos de tres centímetros. Desde el bajo no se aprecia el rosa del atardecer de Madrid en horizontal, marcando la línea que separa esta ciudad de aquella que invento. De aquella en la que ahora estás, o de la mitad de ninguna parte...

Ella cuenta...
Que quizá le arrancó ciento-dos sonrisas en aquel vendetta con luz de neón, o quizá ciento-cuarenta-y-dos. Cerrando los ojos sólo recuerda aquella luz perfilando tu silueta preciosa. Y las calles mojadas a máquina, y el viento de madrugada, y tu respiración cerca... "gracias por conseguir seguir andando, a tres pasos por hora, de sol a puerta de toledo, con el nudo en el estómago, como un nudo de corbata que te aprieta el cuello... eres tan grande, en medio de tantas otras cosas pequeñas, preciosas..."

Creo que ganó su primer aliento de vida, a cambio de dar todo por todo lo que le apasionara. Y bien, ella ganó, ganándole y dejándose ganar, abriendo su alma en canal para que bebiera de ella. Él y el resto de gente que le regalaba sonrisas de media luna entera.

Ella cuenta... que de vez en cuando se cerraba en banda. Esto pasaba cuando no quería darse la vuelta en las estaciones grises en días medianos, cruzando plazas circulares con bares estilo Coixet (y tú dices que no…), o esperando que los cajeros funcionen. Estuvo a punto de perder un ojo esperando a que saliera el ticket… Y se ríe contigo, ¿sabes?

Y ella cierra los ojos cuando cuenta... que aún tiene en suspenso tus manos en su costado; y tus labios a tientas. Cierra los ojos fuerte para no perder tu voz enredándote con ella, a bocanadas, a suspiros, con murmullo de aire contenido, y murmurando, las ganas de decirte con los ojos más-de-dos-te-quiero-seguidos-mirándote-muy-cerca

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Hoy he pensado que es bonito definirte como “espectáculo” (ya te lo dijeron…), y hablar del futuro antes de las tres de la mañana, y hacerlo desde la boca de ferreiro, y nunca de la mía, que desvaría según me mires de lado o de frente, según tenga un mucho o un poco de sueño… que “el futuro solamente podría convertirse en nuestra suerte”… ¿Sabes? De todas ellas prefiero quedarme con eso de que: lo nuestro es una manera de emoción… Y que esta noche hace fiebre y te tengo ganas. Y no me sale escribir mucho más, ni mejor…


6 Comments:

Blogger Gato negro dijo...

Ni más, ni mejor, porque las palabras impulsadas por tus dedos no sabran bailar claquet, pero sabes que merece la pena. Porque te encuentras papelitos en cualquier bolsillo, porque abrazas con todo tu cuerpo, porque me conoces dentro, porque estamos dentro, porque somos. Cualquier paso a tu lado es más que un paso, es un baile continuo, emoción constante, suspiros cortados, canciones sin final, besos abrasadores, caricias que arañan, miradas que atraviesan y lágrimas que no se dan la vuelta. Puestas de sol que muestran a cada uno en un lugar, que no distinguimos si es dentro de cada uno de nosotros o están en aquel horizonte que se añora. No son despedidas, son pequeñas pausas, momentos indeterminados que sólo hacen mover los días, pero que al fin y al cabo no son, porque dentro de cada hay mucho de otro, de otros, de ratones comequesos y gatos negros que juegan con los niños.
Gracias por volver a escribir. Un abrazo de esos que sientes propios, que sabes que son verdaderos párrafos que se escriben en cada mirada de ojos amarillos.

GATO NEGRO

jueves, diciembre 22, 2005 1:25:00 p. m.  
Blogger alZhu dijo...

Pero qué bonito, qué tierno, qué romántico. Es difícil escribir mejor que esto, y con tanto tuyo ahí, dejándote la piel, abriéndote en canal. Precioso, princesa. Los dos habéis conseguido ser espectáculo juntos.

Te quiero.

jueves, diciembre 22, 2005 4:50:00 p. m.  
Blogger E dijo...

A día de hoy, sois para mí eso de lo que todo el mundo habla, que unos han perdido y otros anhelan. Vosotros ni lo tenéis ni lo sentís, sino que lo sois.

Gracias por hacerme creer en el amor.

Porque siga haciendo fiebre.

Un millón de besos-regalo.

domingo, diciembre 25, 2005 1:21:00 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Sin palabras..

P
R
E
C
I
O
S
O

domingo, diciembre 25, 2005 5:27:00 p. m.  
Blogger no_se_es dijo...

vuelvo a repetir, pero es precioso. Tanta vida que es vivida, y cuantos amaneceres que quedan para sentirlos así en el estómago.
un abrazo

martes, diciembre 27, 2005 11:04:00 p. m.  
Blogger Unknown dijo...

De lo mejor que te he leído hasta el momento... después de leerte tu últimas tres aportaciones... gracias de nuevo.

miércoles, diciembre 28, 2005 11:58:00 p. m.  

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