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domingo, septiembre 04, 2005


fachadas. riendas. vidas


postal desde... una canción de marlango

hoy visité el casco antiguo cuando amanecía. no había nadie por la calle, acaso tres gatos mal pintados y deslizándose sigilosos por entre las farolas. no les he hecho demasiado caso. ellos tampoco suelen reparar en mi. el año pasado descubrí que les tenía alergia! así que cuando viajo procuro no mirarlos demasiado, por si no puedo evitar acariciar sus cabecitas.

me quedé parada en aquella casa en la que siempre quise vivir, y me senté delante, contemplando sus escasas tres alturas. ¿te dije que me gustaba lo impar? será porque en lo imperfecto no parece haber trampa ni cartón. en fin, pero esa casa sólo era una fachada; tres balcones cerrados, algunos con flores, el tercero en discordia presumía de tener un taburete roído y manchado de pintura. me fascinó.

y así me he pasado un rato, mirando la fachada.

una de esas fachadas que ocultan secretos, vidas interiores. por eso una pose es tan fachada como el muro de una casa. lo que está dentro sólo lo conoce el dueño... y a veces ni él mismo sabe lo que se maneja entre sus paredes. a veces no entiendes, y otras, directamente no analizas. coges tus riendas, vas, y tiras (un tiempo a solas siempre es la oportunidad perfecta para coger las riendas de tu vida...)

y al levantarme, arrojé un cubo de pintura negra contra esa fachada... pero no os asustéis, en cuanto yo di media vuelta la pintura había desaparecido. sólo pretendía que en ese instante, la luz que gradualmente se hacía con la ciudad, se absorbiera toda en la fachada enlutada, y así, guardándola toda para mí, me propuse desentrañar los secretos que esconde mi casa, esa que no se encuentra en ninguna parte.

al doblar la esquina, tuve la tentación de darme la vuelta... miré de soslayo. nunca hubo un edificio allí


2 Comments:

Anonymous Anónimo dijo...

Caí aquí, sé como llegué, y toda la travesía...Pero lo más importante de todo, es que no me quiero ir de éste lugar...
Besos cálidos..

domingo, septiembre 04, 2005 11:15:00 p. m.  
Blogger Gato negro dijo...

Encontrar en momentos como esos algo de tranquilidad es lo que hace del humanismo algo diferente a cualquier otra sensacion. Es cierto que las fachadas solo son eso, fachadas. Lo importante, lo que realmente merece la pena esta dentro de cada uno, aunque muchas veces no lo veamos.Encuentro muchos pensamientos semejantes, me gusta que seguir conociendo a personas así.Gracias por emocionarte con las pequeñas cosas.

GATO NEGRO

lunes, septiembre 05, 2005 12:05:00 a. m.  

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