Image hosted by Photobucket.com


______________________________________________________________________________

martes, septiembre 06, 2005


''danse de la brouette''


sólo tres minutos... y te cuento en forma de postal de nuevo; que se me duermen las plantas de los pies cuando escribo en la cama, cuando tecleo, si acaricio las teclas, o araño como un gato los minutos de un reloj que sonríe de madrugada...

es éste un ejemplo casi desgastado, pero mi punto insconsciente me trae desde Kyoto a contarte, con los talones dormidos de anclarme a esta cama, que estoy escuchando música instrumental; y ésta, suave y lenta me invita a creer que soy yo la que toca esas canciones; y que es justo al revés que una película... yo voy dándole letra a la música. a la instrumental... ¿te pasa a ti?

Una vez lancé al vacío la idea que hoy retomo... y te regalo si la quieres...
parece ser, al menos a mi me pasaba, que según iba creciendo y devorando un par de libros por semana (dónde quedarán esos días... en que todo era fácil) y cuando aún salía del barco de vapor, entré en un gran angular sin ilustraciones... éstas habían ido desapareciendo, gradualmente. Tomo a tomo -casi sin caer en la cuenta-, leer se iba convirtiendo en un vicio cada vez más particular, más propio, casi secreto. Y es esa soledad que nos convierte en cómplices del escrito, la que hace que parezca que se ha escrito para ti, o que te lo cuentan al oído, quizá a los ojos...

y hoy, cuando me encuentro en la irónica ciudad de la tranquilidad inquieta, en la mitad de nada y más segura de todo, escribo relajada y escuchando música, y reciclo ideas; como ésta que intento contarte: que la música se redescubre cada día, y que la instrumental se regala. Como leer un libro sin que tenga ya ilustraciones, sólo una partitura a la luz de una vela, que esconde esos secretos que, uno mismo, saca a bailar al ritmo de "la veillee"... semejando cada movimiento a un sueño... cómplices de las notas, y de mis letras si me apuras...

un placer, como siempre... bon voyage


9 Comments:

Blogger V dijo...

Compartimos vicios, más de los que me esperaba. Delicioso, como siempre.

martes, septiembre 06, 2005 2:40:00 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

A veces creo que todos deberíamos volver al Superhumor, allí si que era todo fácil y encima les costaba la de Dios resolverlo. Jajaja que grande la foto mándame más bsos.

martes, septiembre 06, 2005 4:48:00 a. m.  
Blogger sindändùne dijo...

Sabes que el piano es hijo de la revolución industrial? Es un instrumento de tecnología complicadísima, un mecanismo perfecto (como un tren...). pulsas la tecla y el martillo golpea, sin brusquedad, xo seco, la cuerda perfectamente tensada. Y los pedales que te permiten jugar con la duracion de los sonidos y sus intensidades, y la fuerza que aplicas o no aplicas. como en la 'cancioncilla de otro verano: la tarde', las dos manos bailan sobre un suelo blanco y negro con pasos distintos, pero siguiendo el mismo ritmo. la izquierda lo marca, lleva a la derecha. no se altera demasiado en ningún momento, fijate bien. es constante, grabe y correcta, como un caballero con traje. la derecha salta y baila, alegra el alma, le regala la vista al caballero, con un traje largo y unos tacones que marcan sus pasos. unas veces goplea fuerte y agudo, pero despacio, te hace mover la cabeza de un lado a otro, otras es más suave, xo baila deprisa, ahora la izquierda aumenta de intensidad, y la derecha responde al instante con una magia que me pone los pelos de punta, justo cuando Amelie lanza la piedra. y juntas, la derecha y la izquierda, acompañan con una cancioncilla cualquier mirada.
Un vanguardista y un piano. De hace un siglo o de hoy mismo, los dos componen tragedias perfectas para que la bailen las dos manos. Y la tragedia es que las dos manos bailan una danza perfecta, una junto a la otra, mirándose, complementándose de tal forma que la una sin la otra no tiene sentido, pero nunca se tocan.

martes, septiembre 06, 2005 2:45:00 p. m.  
Blogger el_hombre_que dijo...

de todas maneras se agradece que te cuenten las canciones, que te las susurren, o que te las griten. un placer, como siempre, que te recuerda que hay alguien al otro lado.

martes, septiembre 06, 2005 6:19:00 p. m.  
Blogger kay dijo...

toda la razón del mundo, hay pocos recuerdos tan chulos como que te canten al oído mientras duermes, recostado entre el espacio que deja el volante de un coche gris plata y una espalda con camisa de cuadros pequeñitos azules (de quiksilver, por ejemplo) pero todo cambia, y a veces en las canciones sobran las letras, si se regalan las letras desnudas, y de libre interpretación ¿no crees?

martes, septiembre 06, 2005 10:04:00 p. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Colgar las palabras de las notas musicales es lo más parecido a escoger la ropa de tu armario en una madrugada de invierno...Huele a hojas secas

miércoles, septiembre 07, 2005 1:22:00 a. m.  
Anonymous Anónimo dijo...

Gracias por la bienvenida! Me ha encantado volver, aunque me fui sólo unos días.

Si que conocía tu blog, y lo visito asiduamente. Siento no haber comentado antes, pero sueles dejarme sin palabras...

miércoles, septiembre 07, 2005 2:30:00 a. m.  
Blogger Unknown dijo...

Demasiadas similitudes, a veces cuando ocurre algo así pienso que una fuerza mayor ha tenido que ver en todo esto. Pero llegaste tarde, el proyecto de mis Palabras Dormidas acaba. Ya no quiero que duerman más y estoy esperando a que mi inspiración forme un nuevo proyecto... Estarás informada. Un regalo que escribí anoche en el metro, línea 6 Principe Pio - Mendez Álvaro.

Aleteo

Recuerdo que te parecía divertido que me escondiera en tu casa. Apenas había muebles, con que la labor de permanecer ausente se complicaba en cada intento. Esta vez, detrás de la cortina o debajo de la cama allí donde guardas tus lágrimas.
Hay mucha sal aquí. Parece que hace tiempo que no eres feliz. Cajas de fotografía, botones, un trozo de mapa con un país africano señalado. Próximo destino nunca acabado. Por eso siempre acabas hablandome del sur. Por que allí escondes tu trayectos. Un trozo de desierto en tus ojos y aun recuerdo oirte buscar.
Te ríes, lo haces tan fuerte que es complicado saber desde donde me buscas, tu sonido lo llena todo. Ese con el que pareces decir: Ven ahora y olvidate de la compleja distancia que nos separa. Unete a mi y utiliza tu parte del salón que no se quede fria. Pero me canso, es dificil respirar aqui y echo de menos el color de tus ojos que pronuncia mar y vuelo de gaviota en medio del invierno.
Voy a dejarte un retrato mio debajo de tu almohada. Para que me recuerdes ahora que me voy. Apenas unos días y esto parece un fin. Comienza algo. Al menos en mi espalda. Son tus dedos, me descubristes y lo haces rozándome, sientiendo que estoy cerca pero me alejo. Voy allí donde nunca estuviste, quizás para respirarte jazmin en una plaza llena de ancianos cansados de vivir. Esperando.
Será allí donde lo decida, ha sido demasiado bonito para que dure más, me marcho. Pero te dejo una señal: Detrás de la esquina donde nos robámos el primer beso, está mi nombre escrito.

Saludos, aún sigo en Mendez Álvaro. Tengo que volver a casa. Al trabajo, pero me siento sitiado.

miércoles, septiembre 07, 2005 12:18:00 p. m.  
Blogger kay dijo...

gracias efesor. mil gracias por tu préstamo de escrito suburbano. es un placer ser pizarra de notas traducidas a letras

jueves, septiembre 08, 2005 12:43:00 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home