si todo acabara esta noche
-él la mira y coge el volante con fuerza-
basta ya de juegos. vámonos de una vez. arranca el coche y conduce ¿Hacia dónde? Qué más da eso, tú arranca y no des la vuelta porque no me importa nada.
ahora no estaría sóla en casa con palabras asaltándome continuamente ¿qué puedo hacer si no puedo hacer nada? -los planetas: desorden mix2-
saltando 3 olas no ganas. te lo digo yo. No seas negativa, ganas siempre. arriesgando ganas siempre. te gastas mal carácter cuando el sol cae de lado. Es que no soporto que me de de frente, no aguanto no ver las cosas claras. Aunque a veces crees que las tienes en tu mano.
si a veces creo que tengo el mundo a mis pies. pero sólo es una ilusión. por eso, arranca, y tengamos la carretera bajo las ruedas, quémalas si hace falta, pero salgamos de aquí de una vez. me molesta el sol de cara. Olvidaste tus gafas de sol, toma éstas. Gracias. me van grandes, es una sensación agradable, siempre me han gustado las cosas grandes; solía ponerme su sudadera azul, de dickies, era super suave. Ya, pero ya no la tienes. ¡Y por suerte no la tengo! cualquier día nos hubiéramos matado en ese coche, cogía las curvas como si se tratara de un circuito. demasiada arrogancia para mis manos. no sé quién dejó escapar a quien. yo no me salí en la primera curva, pero acabé saliéndome antes de que perdiera el control del volante... tú acelera pero no dejes de mirar la carretera. (es una egoísta) ¿cómo has dicho? (egoísta) ah! pensé que me hablabas. No, no, sólo pensaba. Ah bien. pensar está bien
(me gustan sus ojos claros) -ahora habla ella-
no deberías achinar los ojos tanto, no se te ven. Ya, bueno -sonríe él- ya sabes, no puedo evitarlo, son manías. Pues deberías aprender a diferenciar lo que te hace bien de lo que no te compensa (yo no te hago feliz y no deberías seguir fingiendo). ¿Decías algo? En absoluto, sólo pensaba - retira su flequillo de la cara y mira el retrovisor de soslayo, mientras se muerde el labio- ¿te pasa algo? (es inequívoco cuando se muerde el labio, como intentando dar un punto a las palabras que después de todo, nunca oiré) no... bueno sí. para el coche. Qué dices?! no puedo parar aquí, en mitad de la autopista, estás loca o qué? Pues deberías.
-se orilló como pudo en el arcén y frenó en seco-
¿me quieres decir qué pasa? salimos de madrid sin darme ninguna explicación, te escucho siempre, te aconsejo, lloras en mi sofá y ahora quieres que nos matemos? no, sólo quiero decirte que deberías mandarme a la mierda. Cómo has dicho? lo que oyes, que deberías abrir la puerta y pedirme que me baje. ¿de qué coño estás hablando? de nosotros, no podemos seguir por esta carretera sin rumbo alguno, porque no puedes hacer todo lo que yo te pida. ¿a qué viene esto? A que no merezco ni la mitad de tu tiempo ni tu energía.
-ambos bajaron la vista a sus pies, sabían que aquello estaba acabando, y que sería para siempre. nunca se dijeron lo que pensaban en realidad, que querían ir juntos a la playa a dibujar letras en la arena, y brindar de madrugada, una y cientos de miles más... -
el universo estallaba en ese preciso instante. eran las 11:55 de la mañana