Estados de ánimo. Cegados por el no saber, por el no terminar de volver a un punto agradable. No me sueltes. Vámonos a esa playa.
Me han dicho que allí aún hace frío a veces, y que por las noches, te vas y te sientas en la arena, y puedes llegar a escuchar el auxilio de las sirenas.
Dicen también que sólo con estar ya olvidas y tu mente pasa a blanco, que todo es fácil, la brisa es agradable...
Y si aún no te encuentras, déjate ir y respira.
Porque me han dicho que funciona.

Entonces, cuando notes el pelo casi del todo revuelto por el aire, retíralo de la comisura de los labios, y sonríele a tus manos, a tus dedos;
a las las hojas secas que rompes sin pensarlo con las manos, ¿notas el pelo empapado?
si en ese momento saltas tres olas, una por pensamiento malo, en ese instante estará superado...
¿Vienes?