:: Dolls :: trágico fatum
Un día alguien perdió la cordura. Un día alguien fingió estar cuerdo. ¿Dónde está el silogismo?
Un día le arrancaron la vida a alguien. Y a cambio alguien luchó por robarle todos los minutos a su destino y quemarlos en una hoguera en mitad de un desierto de nieve. Y mientras tanto, hojas rojas marcando el camino, o perfilando los pasos que se daban despacio y sin rumbo. Rememorando todos los sitios que pertenecieron y ya no son. Esperando conseguir un despertar que quizá nunca llegara. Porque el destino suele hacer que, de pronto, todo vuelva a ser nada.
Porque los hilos se mueven desde la sombra, sí, pero no en el sentido que creen los elfos, sino en el que quieren los maestros japoneses con sus marionetas gigantes. De porcelana perfecta, de telas de raso y seda. Y a partir de ellos, el mensaje queda.
Pero aunque triste, Dolls sigue siendo un poema delicioso y un viaje interior por todos los parajes que alguna vez imaginamos, despiertos o soñando. Colores, como todo lo oriental. Caricias a la vista, como muchas cosas del plano de lo no real...
2 Comments:
dar, dar, estar, seguir, continuar dando y después de todo, cuando ya no queda nada más que dar... ¿entonces qué? ¿qué queda? ¿a dónde va esa energía? ¿quién decidió que aquello se precipitara al vacío colgando por una cuerda? A veces el final de una persecución al límite acaba como Dolls, en ese precipicio precioso. Resulta tan trágico, doloroso, pero tan malditamente tierno, que una no sabe si llorar, maldecir, o admirar. Es una mezcla de todo. Gracias pequeña alzhu
y hoy añado... cuándo lo has dado todo ¿cómo no puedes creer que realmente estás vacío?
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